Ing. Rubén Morales Cabrera, Coordinador del área Laboral de la Federación de Mujeres de Ica, en entrevistas en Medios de Comunicación de Ica, señaló : "El acuífero de Ica sufre una seria amenaza, se está agotando. Los iqueños que avitan desde muchos años en este territorio analizan esta dificultad y sabrán entender esta inminencia. El nivel de agua del subsuelo ha tenido una reducción considerable durante los últimos años a tal punto que algunos pozos se han secado. Incluso el contenido de sales en el agua de bombeo está aumentando, lo cual denota que el volumen de agua del acuífero está disminuyendo". El problema es así, prosiguió "El volumen de agua que se extrae de los 800 pozos o sabe Dios, cuántos que tiene el valle acelera el deterioro del acuífero. En ese aspecto el balance hidrológico de Ica es deficitario. Los agricultores consumen más agua de lo que aporta el río Ica. En esta última década, la carencia de agua ha llegado a niveles críticos en Ica. El retroceso de los glaciares huancavelicanos, con la consiguiente pérdida de caudal de los ríos iqueños evidencia del cambio climático global, es, con bastante probabilidad, una de las causas fundamentales".
Incide en que el boom agroexportador, del que Ica es uno de los mayores exponentes en el ámbito nacional, también parece estar aportando a esta situación. Por ejemplo: la demanda y disponibilidad de agua no es igual en todos los valles de la región. Así, mientras la única fuente de agua del valle del Río Seco-Villacurí es subterránea y su demanda anual de agua excede a la oferta en 40 a 60 millones de metros cúbicos (MMC), en el valle de Pisco se «pierden» 440 MMC de agua superficial al año y solo se aprovechan 20 MMC de un potencial subterráneo de 250 a 300 millones de MMC. Es decir, mientras algunos valles iqueños padecen una demanda no satisfecha de agua, en otros casos ésta no es aprovechada con más intensidad.
La disminución de la disponibilidad del agua para consumo humano, agropecuario e industrial se manifiesta en la reducción de la napa freática, por la sobre explotación de pozos y la apertura de nuevos (clonación de pozos utilizando códigos existentes). La aguda escasez del agua es crítica y se expresa en la disminución del acuífero subterráneo de los valles de Ica y Villacuri: en el año 1968 (según estudios efectuados por Tahal Consulting Engineers, IEC) se estimó en 12 mil millones de metros cúbicos; hoy se estima en 4 mil millones de metros cúbicos.
