Niños del Centro Cuidado Infantil "La Casita de La Ternura"
Miles de los menores de cinco años mueren cada año en todo el mundo a causa del agua y del saneamiento insalubre, de la contaminación del aire en exteriores e interiores y del paludismo. Muchos desarrollan problemas crónicos relacionados con el medio ambiente, desde alergias hasta discapacidad mental o física. Además, el cambio climático hace peligrar el desarrollo sostenible, agudizando potencialmente la pobreza infantil y aumentando su vulnerabilidad a sufrir abusos, explotación o desplazamientos forzosos.
En el estudio “El cambio climático y la infancia: un desafío para la seguridad humana” UNICEF 2010, se indica que después de un desastre natural, los niños y niñas están más expuestos a sucumbir a la desnutrición, las heridas o las enfermedades e incluso a perder la vida durante el fenómeno meteorológico. También pueden verse forzados a abandonar sus hogares, quedar huérfanos o verse separados de sus familias.
Datos de la OMS, muestran que el 86% de las aguas residuales urbanas de América Latina y el Caribe y el 65% de las de Asia se vierten sin tratar en ríos, lagos y mares. Esto resulta especialmente alarmante si tenemos en cuenta que un gran número de virus y bacterias causantes de enfermedades como diarrea, cólera, disentería, fiebre tifoidea, helmintiasis y tracoma siguen junto al agua, la cual es bebida por niños y adultos.
La Red de Servicios de Salud Ica estima atender 5,987 casos de Enfermedades Diarreicas (EDAS) durante el año 2011, en una población de 29,000 niñas y niños menores de cinco años aprox. Sin embargo en ante un posible desastre natural esta cifra de casos se cuadriplicaría que podría hacer colapsar el sistema de salud si no se tomas las medidas preventivas.
Se debe fomentar espacios para que los niñ@s y jóvenes tengan más ámbitos para participar como protagonistas en la formulación de soluciones orientadas a prevenir las consecuencias del cambio climático”, añadió la Representante de UNICEF. Debemos documentar nuestras experiencias con los desastres naturales lo que funcionó y lo que no para ayudar a guiar la acción futura. Los brotes de malaria en las islas Andamán, por ejemplo, fueron controlados con detección y tratamiento efectivos, medidas de control del vector y servicios de rehabilitación.
"El cambio climático genera un mayor número de desastres naturales y tiene un impacto significativo en el riesgo de hambre a nivel mundial. En el Informe de Acción Humanitaria 2010 de UNICEF se citan estudios recientes que indican que debido al cambio climático, unos 50 millones de habitantes del planeta podrían sufrir mayor riesgo de hambre para 2012" Con este preocupante diagnostico, especialista en el tema la FEPROMU ICA intensifica campaña a través de los medios de la provincia
Miles de los menores de cinco años mueren cada año en todo el mundo a causa del agua y del saneamiento insalubre, de la contaminación del aire en exteriores e interiores y del paludismo. Muchos desarrollan problemas crónicos relacionados con el medio ambiente, desde alergias hasta discapacidad mental o física. Además, el cambio climático hace peligrar el desarrollo sostenible, agudizando potencialmente la pobreza infantil y aumentando su vulnerabilidad a sufrir abusos, explotación o desplazamientos forzosos.
En el estudio “El cambio climático y la infancia: un desafío para la seguridad humana” UNICEF 2010, se indica que después de un desastre natural, los niños y niñas están más expuestos a sucumbir a la desnutrición, las heridas o las enfermedades e incluso a perder la vida durante el fenómeno meteorológico. También pueden verse forzados a abandonar sus hogares, quedar huérfanos o verse separados de sus familias.
Datos de la OMS, muestran que el 86% de las aguas residuales urbanas de América Latina y el Caribe y el 65% de las de Asia se vierten sin tratar en ríos, lagos y mares. Esto resulta especialmente alarmante si tenemos en cuenta que un gran número de virus y bacterias causantes de enfermedades como diarrea, cólera, disentería, fiebre tifoidea, helmintiasis y tracoma siguen junto al agua, la cual es bebida por niños y adultos.
La Red de Servicios de Salud Ica estima atender 5,987 casos de Enfermedades Diarreicas (EDAS) durante el año 2011, en una población de 29,000 niñas y niños menores de cinco años aprox. Sin embargo en ante un posible desastre natural esta cifra de casos se cuadriplicaría que podría hacer colapsar el sistema de salud si no se tomas las medidas preventivas.
Como propuesta de solución al problema, la Federación de Mujeres de Ica plantea una respuestas efectivas, oportunas y fiables, ante este tipo de contingencias que deben adoptarse medidas de preparación para las emergencias orientadas específicamente a niñ@s, mujeres, familias, comunidades y prestadores de servicios básicos deben estar preparados para afrontar las necesidades sanitarias, nutricionales, educativas y de seguridad que se presenten cuando se produzca un desastre.
Se debe fomentar espacios para que los niñ@s y jóvenes tengan más ámbitos para participar como protagonistas en la formulación de soluciones orientadas a prevenir las consecuencias del cambio climático”, añadió la Representante de UNICEF. Debemos documentar nuestras experiencias con los desastres naturales lo que funcionó y lo que no para ayudar a guiar la acción futura. Los brotes de malaria en las islas Andamán, por ejemplo, fueron controlados con detección y tratamiento efectivos, medidas de control del vector y servicios de rehabilitación.
que porlomenos se cumpla lo que disen
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